La sensibilidad dental es una condición en la cual experimentas dolor o sensibilidad en los dientes cuando se exponen a estímulos específicos, como alimentos fríos o calientes, bebidas ácidas, aire frío, cepillado dental o incluso al respirar por la boca. La sensibilidad dental ocurre cuando la capa externa del diente, llamada esmalte, se desgasta o cuando la capa de tejido debajo del esmalte, llamada dentina, se expone.

La dentina contiene pequeños túbulos microscópicos que están conectados a los nervios de los dientes. Cuando los túbulos están expuestos, los estímulos externos pueden llegar a los nervios, lo que provoca sensaciones de dolor o sensibilidad.

Hay varias razones por las que se puede producir la sensibilidad dental, entre ellas:

1. Esmalte desgastado debido al cepillado dental vigoroso.

2. Recesión de las encías, que expone la dentina en la raíz del diente.

3. Caries dental o infecciones que alcanzan la dentina.

4. Bruxismo (rechinar los dientes) que desgasta el esmalte.

5. Consumo frecuente de alimentos ácidos o bebidas carbonatadas.

El tratamiento de la sensibilidad dental depende de la causa subyacente. Algunas opciones pueden incluir el uso de dentífricos o enjuagues dentales desensibilizantes, aplicaciones de fluoruro, selladores dentales, tratamientos de sellado de los túbulos dentinarios o, en casos más graves, procedimientos dentales como las obturaciones o endodoncias.

Si experimentas sensibilidad dental, es importante que consultes a tu dentista. Ellos podrán evaluar tu situación particular y recomendar el tratamiento más adecuado para ti.

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