Como podrás recordar en nuestro artículo anterior de las pastas blanqueadoras hablábamos sobre las capas de los dientes, en esta ocasión les hablaremos de la caries dental, que afecta a los tejidos que conforman los dientes, desde el esmalte hasta la dentina !o incluso la pulpa!

¿Qué es la caries?

La caries dental es una enfermedad multifactorial que afecta a los tejidos que conforman los dientes, comenzando principalmente en esmalte y en casos más graves llegando a la pulpa dental. Este problema afecta al 99% de la población, niños adolescentes y adultos. Esta enfermedad es ocasionada principalmente por la degradación de los azúcares que tienen las bacterias, degradación la cual produce diversos ácidos que dañan los tejidos dentales. La placa mantiene a estos ácidos gracias a que se adhiere con mucha facilidad y, con el tiempo, el esmalte se descompone formando las caries.

¿Qué síntomas tienen las caries?

Generalmente las caries no presentan signos ni síntomas por eso es recomendable acudir a una cita con tu dentista. En algunas caries avanzadas, los signos y síntomas de las caries pueden variar según la ubicación y el tamaño. Cuando se comienza a formar una caries, es posible que no tengas ningún síntoma. A medida que la caries aumenta de tamaño, esta puede provocar alguno de los siguientes síntomas:

• Sensibilidad dental

• Dolor repentino en muelas sin causa aparente

• Dolor cuando muerdes

• Agujeros u hoyos visibles en los dientes

• Manchas marrón o negras en la superficie de un diente

¿Cómo puedo ayudar a prevenir las caries?

• Cepillarse los dientes 3 veces al día.

• Utilizar hilo dental y enjuague bucal para eliminar la placa interdental y bajo la encía.

• Revisiones dentales periódicas, por lo menos cada 6 meses (de paso puedes hacerte una limpieza).

• Llevar una dieta equilibrada bajo en azúcares y almidones.

• Utiliza productos dentales que contengan flúor, incluida la pasta de dientes.

TIP: Cuando ingieras alimentos altos en azúcar, intenta hacerlo junto a una comida y no entre comidas para minimizar la cantidad de veces que expones tus dientes al ácido que producen las bacterias.