La boca es la puerta al resto de nuestro cuerpo. Por ella pasan los alimentos, las bebidas y también es la entrada de agentes externos. Por eso, la salud bucodental y la salud sistémica tienen un vínculo muy estrecho. Cada día, cientos o miles de bacterias hacen de la superficie bucal su hogar.

Por tanto, la higiene dental es fundamental al momento de prevenir enfermedades sistémicas. Por ejemplo, cuando nuestra boca se ve afectada por la periodontitis, nuestro cuerpo reacciona de forma tal, que el tejido del diente se pierde. Todo esto, por pequeñas bacterias que colonizan nuestra boca.

Y lo peor es que ese suceso no solo impacta a la boca, sino que también tiene un impacto en la salud sistémica, provocando enfermedades como la diabetes y afecciones pulmonares. Así que es importante que conozcas a fondo la estrecha relación entre tu salud dental y las enfermedades sistémicas.

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¿Qué son las enfermedades sistémicas?

Las enfermedades sistémicas son las que afectan al cuerpo entero, en lugar de atacar solo un órgano o una parte. Este tipo de enfermedades varían en gravedad, por ejemplo, algunos trastornos sistémicos son la hipertensión, la gripe, la diabetes, afecciones cardiovasculares o cualquier enfermedad que afecte el torrente sanguíneo. Y la mayoría de ellas, tienen relación con la salud bucodental.

Vínculo entre enfermedades periodontales y enfermedades sistémicas

Varios estudios muestran que hay una conexión entre los problemas de encías y los problemas del corazón. El Consejo de Dentistas de España explica que las bacterias de las encías pueden inflamar el corazón si entran en la sangre y llegan a partes del corazón ya dañadas.

También se ve que los problemas de encías pueden afectar a los pulmones, especialmente si las defensas del cuerpo no funcionan bien. Esto incluye enfermedades como la neumonía, el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la bronquitis.

La diabetes es otra enfermedad que se relaciona con los problemas de encías. Ambas comparten ciertos factores genéticos y problemas tanto en los microbios como en la respuesta del sistema inmune del cuerpo. Se ha visto que controlar los problemas de encías ayuda a mantener estables los niveles de azúcar en sangre, y viceversa.

Durante el embarazo, los cambios hormonales en las mujeres pueden afectar a sus encías. Una condición común es la gingivitis del embarazo, que afecta a entre el 60 y el 75% de las embarazadas. Los problemas en las encías se han vinculado con el riesgo de que el bebé nazca con bajo peso o prematuramente.

Pero, ¿cómo funciona esto? Te explicamos.

Cómo la enfermedad periodontal afecta el resto de tu cuerpo

Aunque hay pruebas que sugieren una conexión entre las enfermedades de las encías y otras condiciones de salud más amplias, aún hacen falta más investigaciones para confirmar si una causa directamente a la otra.

Actualmente, se han sugerido varios mecanismos sobre cómo podría funcionar esta relación. Una teoría es que las bacterias de la boca entran al torrente sanguíneo, crean grupos y causan inflamación en todo el cuerpo.

Esta inflamación puede hacer que las células y tejidos se hinchen, lo que podría estrechar las arterias e incrementar el riesgo de formación de coágulos.

Otra teoría es que los productos de las bacterias bucales en la sangre hacen que el hígado produzca unas proteínas llamadas proteínas C reactivas (PCR). Estas proteínas pueden inflamar los vasos sanguíneos y aumentar la posibilidad de que se formen coágulos, lo que podría bloquear las arterias y causar enfermedades del corazón o derrames cerebrales.

Según algunos estudios, tener niveles altos de PCR podría ser un indicador de riesgo de ataques al corazón más fuerte que el nivel de colesterol.

Por esta razón, mantener una salud bucodental óptima es de gran importancia, además de tomar otras acciones como la buena alimentación y dejar vicios como el tabaquismo. Veamos qué más puedes hacer.

¿Qué puedes hacer para prevenir complicaciones sistémicas?

Como la inflamación crónica afecta a todo el cuerpo, la mejor estrategia para manejarla es con un enfoque integral. Es ideal mantener un peso adecuado, hacer ejercicio con regularidad y, si fumas, intenta dejarlo.

También es clave atender cualquier enfermedad inflamatoria no tratada, como la periodontitis.

Hay muchos tratamientos efectivos para las enfermedades de las encías, desde limpiezas profundas sin cirugía hasta el uso de antimicrobianos directamente en las zonas afectadas. Para casos más serios, se puede recurrir a cirugías de encías, ya sea de manera tradicional o con láser.

Aunque, como ya mencionamos, es temprano para afirmar que las enfermedades de las encías causan enfermedades cardíacas u otros problemas de salud, sí parece haber una conexión. La medicina y la odontología quizás no cambien la genética, pero sí podemos manejar aspectos como el peso, el tabaquismo y, claro, las enfermedades de las encías.

Una buena higiene bucal es esencial para prevenir problemas de encías. Y si aparecen, es importante tratarlos pronto para aumentar las chances de controlar no solo las enfermedades de las encías, sino posiblemente también otras afecciones sistémicas. A continuación, te dejamos algunas pautas generales para mejorar tu salud bucodental.

Acciones para prevenir las enfermedades bucodentales

Las caries, los problemas de encías y el desgaste dental se pueden evitar con una buena rutina de limpieza bucal y visitas regulares al dentista. También es aconsejable hacerse al menos una limpieza profunda al año.

Para las mujeres que buscan embarazarse, es buena idea ir al dentista antes de quedar embarazadas para revisar que todo esté bien en la boca. Durante el embarazo, hay que estar atentas a cualquier señal de inflamación, sangrado o dolor en las encías.

En general, cuidar bien de tu boca con la ayuda de un dentista de confianza puede prevenir y tratar la mayoría de los problemas dentales. De esta manera, te aseguras que tu boca se mantenga sana y sin complicaciones graves.

Conclusión

Aunque las afecciones dentales parezcan algo menor, no debes descuidarlas. Una complicación en tu boca puede desencadenar una serie de eventos que pueden afectar tu corazón, el hígado, los pulmones y todo el torrente sanguíneo. Si no quieres que esto te suceda, pon en práctica los consejos que te mencionamos arriba, sobre todo, las visitas regulares al dentista y cuidar tu alimentación.

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